domingo, 7 de marzo de 2010

El largo periplo del Beagle

De entre sus lecturas en Cambridge, dos obras despiertan en Darwin ¨un deseo apremiante de realizar una aportación, siquiera modesta, a la noble edificación de las ciencias de la naturaleza. Ni una docena de libros me influyeron tanto¨. Estas obras que despertaron tal interés en Darwin fueron las siguientes:
-Un libro de Herschel: A preliminary discourse on the study of the natural philosophy. (Un discurso preliminar sobre el estudio de la Filosofía Natural).
-Una obra de siete volúmenes de Alexandre von Humboldt: Narración personal (1818)

A partir de entonces, Darwin sueña con viajar a Tenerife, pero el 29 de agosto de 1831, en Shrewsbury, una carta de Henslow le transmite que el capitán Robert FitzRoy, de la Marina Real, busca un compañero de viaje dispuesto a embarcarse sin sueldo para que ayude al naturalista del barco en su labor cartográfica de las costas de América del Sur. El viaje debe durar dos años y la partida está prevista para finales de septiembre.
El navío está equipado para la investigación científica y Darwin para sacarle el mayor beneficio posible a semejante ofrecimiento.
Sin embargo, el doctor Robert Darwin se opone a que su hijo abdique de sus responsabilidades y obligaciones. La condición que presentó fue la siguiente: ¨Si encuentras un hombre con sentido común que te aconseje que vayas, lo consentiré¨

Darwin encuentra en su tío Josiah Wedgwood a su aliado perfecto, a quien visita para que una a una, vaya desmontando todas las objeciones paternas en una carta remitida a Shrewsbury.
Ante esta carta su padre termina por aceptar.
Seguidamente visitó al capitán Fitz Roy para conseguir su consentimiento, a quien causa una excelente impersión.
Darwin acabará por reemplazar al naturalista oficial del Beagle, por incompatibilidad de carácter.

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